La marca deseaba volver a conectar con su consumidor en el norte y reivindicar su tradición y origen navarro. Había que crear, por lo tanto, una conexión emocional fuerte entre la marca y su consumidor y, además, la marca necesitaba acercarse al público más joven y a las mujeres. Debía crearse una nueva identidad que representase su autenticidad, naturalidad y tradición desde la actualidad, pero que además fuese capaz de mostrar un concepto integral: los momentos que se comparten alrededor del pacharán.
Esta idea nos inspiró a utilizar el momento de consumo como punto de partida para construir la nueva identidad de Zoco. El del pacharán es un consumo social: cuando se saca la botella a la mesa, suele ser la hora de reunirse para revivir anécdotas.