Diseño
Editorial

1 La marca y el mensaje

Cuando realizamos una nueva publicación debemos conocer y fijar cuáles serán sus rasgos identitarios, su mensaje de marca y los valores que debe reflejar. Una clara definición de estos aspectos ayudará a concretar cuál es el tono de expresión de la pieza editorial.

También es muy importante tener en mente quién es el público objetivo, puesto que los recursos formales que se pueden utilizar en función de la edad, por ejemplo, pueden ser más amplios o más limitados con el fin de garantizar una perfecta legibilidad de la pieza.

Otro punto clave del diseño editorial es encontrar el balance perfecto de una pieza para dotarla de un estilo propio y reconocible y a su vez lograr que cada ejemplar sea diferente del anterior.
 

2 El formato

Se trata del tamaño del área de trabajo y por tanto de la publicación. Muchas veces este responde a medidas estándares, que pueden estar sujetas a la tipología de publicación. Por ejemplo, los formatos de los periódicos siguen unas proporciones más o menos similares que oscilan entre tres tipos de tamaños principales: la sábana, el berlinés y el tabloide. Del mismo modo las revistas también se mueven en rangos similares dependiendo del tipo de temática, aunque el abanico es mucho más amplio.

La intencionalidad en la definición del formato también supone un medio de expresión y un elemento que confiere determinado carácter en una publicación editorial.
 

3 La Portada

La portada o cubierta, en función del tipo de pieza, es la parte más importante de cualquier publicación. Su cometido, como el del vendedor silencioso, es actuar como reclamo de venta y captar la atención de su público objetivo. Es el primer espacio donde la publicación editorial tiene la oportunidad de lanzar su mensaje y plasmar su imagen visual.

Podemos encontrar diferentes tipologías de portadas, las realizadas puramente con texto, las de composiciones abstractas o las figurativas donde el uso de la fotografía o la ilustración es un elemento de vital importancia.

Las portadas deben ser preferentemente llamativas para poder destacar de sus competidoras, pero no por ello deben responder a diseños estridentes. Mediante el uso de la disciplina del diseño se puede conseguir destacar a través del uso de cuidados recursos. 
 

4 La Cabecera

Es el logotipo de una revista y el elemento principal de la portada. Se construye a partir del nombre de la publicación y como cualquier otra marca gráfica, su misión es transmitir la personalidad de la publicación, otorgándole unas características concretas y diferenciándose de sus competidoras. A todos los efectos, la cabecera es la imagen de marca de la publicación. Así pues, debemos considerar que fuera del uso de la propia revista, será también el elemento identificador de ésta, actuando bien solo, bien en otros materiales promocionales o corporativos de la misma.

5 Los Interiores

Es el grueso de la pieza editorial y la parte más compleja de cualquier publicación. Para poder diseñarla se deberá establecer una retícula base, entender y gestionar el contenido y realizar un volcado o flat plan para organizar la maquetación general. La retícula puede ser variable con el ánimo de facilitar la creación de páginas diferentes dentro de un mismo estilo: variaciones en el ancho de columna, juegos de tamaño en los titulares, tamaño de los destacados u otra serie de recursos aplicables a los diferentes elementos de texto e imagen que componen la publicación.

Todas las publicaciones deben llevar un índice. El resto de páginas variará en función del tipo de publicación que estemos desarrollando, teniendo una estructura de partes fijas o variables según si se trata de un libro, una revista, un periódico, un catálogo, etc. 

Para un correcto desarrollo en la maquetación de las páginas interiores, se debe tener un profundo conocimiento de toda la terminología técnica en cuanto al tratamiento del texto y sus usos, que además también cambiará en función del tipo de publicación que se esté trabajando. Otros factores como la dirección de arte fotográfica, el tratamiento de las imágenes o el de la ilustración, también son elementos clave con los que seremos capaces de dotar a la publicación de la expresividad necesaria para cumplir con los objetivos comunicativos marcados.
 

6 La retícula

La retícula es el conjunto de líneas verticales y horizontales que funcionan como plantilla base y que sirve para marcar los márgenes del área de trabajo, ayudando a distribuir todos los elementos que forman la página de manera ordenada y coherente, de modo que se consiga una cierta homogeneidad en la publicación. Toda pieza editorial consta de una retícula base que no se imprime y que solo es visible para el diseñador. Cada vez que empezamos un proyecto editorial, necesitamos crear una retícula específica que responda a las características del proyecto en cuestión.